miércoles, 9 de abril de 2014

INTRODUCCION


INTRODUCCION

El prognatismo mandibular es una alteración craneofacial que se llega a presentar a temprana edad y es originado por varias causas. La frecuencia asciende de 1 a 3% de la población. Esta frecuencia depende de factores étnicos, geográficos y de la edad, por ejemplo, la deficiencia mesofacial de los pueblos asiáticos conlleva a un mayor porcentaje de problemas de maloclusiones clase III. La etiología del prognatismo mandibular se debe a que las fuerzas oclusales generadas por una erupción anormal inducen una guía incisal desfavorable y favorece las relaciones de clase III.

La pérdida prematura de los molares deciduos también puede provocar desplazamientos mandibulares debido a la guía oclusal de los dientes mal ocluidos o la lingualización de los incisivos superiores. El prognatismo puede ser hereditario o bien presentarse durante el desarrollo por formaciones deficientes de los huesos de la cara.

El resultado principal de este defecto óseo es la mala alineación de la mandíbula y el maxilar superior, así como baja posición de la lengua, lo que acarrea alteraciones al ocluir (cerrar) la boca, con las consecuentes dificultades para morder, masticar y hablar. Igualmente habrá dolor articular, asimetría facial y, en alto porcentaje de casos, problemas psicológico.




Este problema maxilar es también común en quienes padecen gigantismo o acromegalia, afecciones que tienen su origen en el mal funcionamiento de la glándula hipófisis, la cual es encargada de generar la llamada hormona del crecimiento, cuya función principal es regular la evolución en altura en niños y adolescentes. Es así que cuando dicha hormona es producida en exceso se presentarán los padecimientos señalados, caracterizados por el desarrollo anormal de los huesos. Una causa más que debe mencionarse es la pérdida prematura de los molares deciduos (muelas de leche), lo cual puede provocar desplazamientos mandibulares en el pequeño que no se corregirán por si solos
La gran mayoría de prognatismo en los seres humanos se debe a la variación normal entre los fenotipos. En las poblaciones humanas donde prognatismo no es la norma, puede ser una malformación, el resultado de una lesión, una enfermedad o una condición hereditaria. El prognatismo se considera un trastorno sólo si afecta a la masticación, el habla o la función social como un subproducto de la estética gravemente afectadas de la cara.






Determinantes clínicos incluyen el análisis de los tejidos blandos, donde el clínico evalúa ángulo naso labial, la relación de la porción de tejido blando de la barbilla a la nariz, y la relación entre los labios superior e inferior; también se utiliza es la evaluación de la relación arco dental tales como la clasificación de Angle.

Análisis cefalométrico es la forma más exacta de determinar todo tipo de prognatismo, ya que incluye la evaluación de la base del esqueleto, plano oclusal angulación, altura facial, evaluación de los tejidos blandos y la angulación dental anterior. Diversos cálculos y evaluaciones de la información en una radiografía cefalométrica permiten al médico determinar objetivamente las relaciones dentales y esqueléticas y determinar un plan de tratamiento.

Prognatismo maxilar es una protrusión del maxilar, y es también una característica común de muchas poblaciones. No se debe confundir con micrognatismo, si bien una combinación de ambos puede ser encontrada. Afecta el tercio medio de la cara, haciendo que sobresalen hacia fuera, aumentando así el área facial. Prognatismo mandibular es una protrusión de la mandíbula, lo que afecta el tercio inferior de la cara. Prognatismo alveolar es una protuberancia de la parte del maxilar donde se encuentran los dientes, en el revestimiento dental de la mandíbula superior. El prognatismo también se puede utilizar para describir formas en que los arcos dentales superiores e inferiores se relacionan entre sí, incluyendo maloclusión.